Esta verdura aromática aporta una gran cantidad de sabor y beneficios a nuestros platos. Su sabor es dulce y ligeramente anisado y es un ingrediente profundamente arraigado en la cultura mediterránea.
Se puede comer crudo o cocido. Asado, hervido, salteado o crudo son sus formas más habituales de prepararlo, pero también hay quienes envuelven con él o aromatizan carnes, aves, otras verduras y diferentes productos del mar para ponerlos en las brasas o en la barbacoa, quienes lo cocinan junto a guisos y cremas o quienes lo incorporan en ensaladas, aromatizan aceites y sales o utilizan sus semillas para diferentes elaboraciones.